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Las cifras de las últimas encuestas nos
confirman que la historia cuando no se repasa se repite. A fines de la década
de los 80, frente a la catástrofe alanista, cuando todo indicaba que el futuro
presidente sería Mario Vargas Llosa, irrumpió en nuestra política un
desconocido ingeniero que supo capturar la atención de aquellos millones de
independientes que ya le había dado una lección al FREDEMO cuando eligieron a
Ricardo Belmont alcalde de Lima. Alberto Fujimori fue firme en su rechazo a la
partidocracia, le dijo no a los políticos tradicionales y, si bien recibió el
apoyo subrepticio del partido aprista, derrotó a un triunfalista Vargas Llosa ante
la mirada atónita de los grupos de poder que no imaginaron que aquel
descendiente de japoneses tendría alguna posibilidad de siquiera acceder al
senado. Hoy, 26 años después, con Alberto Fujimori
preso, acusado por corrupción y por crímenes de lesa humanidad, el panorama se
repite. El 5 de abril la voluntad popular le dijo de nuevo no a quienes representan
la política tradicional. El APRA con las justas logró ingresar cinco congresistas,
el PPC ninguno, Perú Posible desapareció del mapa y las izquierdas han
retornado con fuerza al parlamento, 22 congresistas es algo que no se puede
subestimar. ¿Frente a esto qué están haciendo los
candidatos que corren en esta segunda vuelta?
Pedro Pablo Kuczynski en un inesperado acto de
torpeza está haciendo alianzas con los perdedores, ha recibido el apoyo de
César Acuña, el cuestionado líder de APP, a quien el JNE lo sacó de carrera por
entregar dinero en la campaña; ha recibido el apoyo de Daniel Urresti, el pintoresco
ex candidato del nacionalismo y todo indica que el PAP, a pesar de que García
ha dicho que dejará que sus militantes voten con libertad, también respaldará
su candidatura (el dirigente Javier Barreda ha sido claro en sus declaraciones); Keiko mientras tanto está aplicando la misma estrategia de
su padre: está capturando el voto de la sociedad civil agrupada por ejemplo en
asociaciones de mineros artesanales, en la iglesia evangélica, en los gremios
como Construcción Civil, esto al margen de lo que se diga de quienes
representan dichos bolsones electorales. Y mientras Pedro Pablo Kuczynski
incorpora en su equipo a Acuña Peralta, Fujimori presenta como su asesor a
Hernando de Soto, las diferencias por supuesto son notables. No sé quiénes son los asesores de Kuczynski
pero todo indica que quieren perder esta elección. Lamentable en un momento cuando
lo que está en juego es la democracia. Ya el fujimorismo tiene el legislativo,
son 73 congresistas que hasta el momento han hecho un bloque sólido. Particularmente
soy un convencido que cuando una persona concentra el poder, cualquier
gobierno, incluso los bien intencionados, degenera en corrupción y pueden
pervertir en dictaduras o tiranías. Nosotros ya vivimos el fujimorismo, lo
conocemos; si bien la población le dio la mayoría a Keiko, pienso que ese voto fue
un voto de castigo a quienes han detentado el poder durante los
últimos años. Si Pedro Pablo Kuczynski no entiende que hay
sumas que restan lo que sucederá el 5 de junio será una aplastante derrota. El futuro
de nuestra democracia está en manos de quienes manejan su campaña.