miércoles, 2 de diciembre de 2015

El golpe de Victoria


El título de un libro suele ser una puerta, pero cuando esa puerta tiene que ver con el azar, la intriga es lo primero que nos asalta. No es lo mismo ingresar (o salir) con la certeza de que adentro (o afuera) hay algo a intuir que después de dar el paso decisivo nos espera la sospecha, la duda como relacionante a esa decodificación que hará del personaje no la punta del icerberg sino ese ochenta por ciento que el narrador nos entrega de forma sistemática como quien se arranca la piel, su historia, página tras página. Victoria Guerrero, la poeta de “Ya nadie incendia el mundo”, “Berlín” y “Cuadernos de quimioterapia”, ha publicado “Un golpe de dados (novelita sentimental pequeño – burguesa)”, un texto de autoexploración que nos entrega como quien necesita saldar una deuda con la nostalgia, con las calles donde no sólo conoció el amor sino sobre las que fue creciendo una generación con la que participa como quien detona una bomba, un grito, un poema de redención. Victoria Guerrero, consecuente con su propuesta poética, ha escrito un relato político que bien puedo asociar a sus “Documentos de barbarie”, por ese tono de inventario que a pesar de lo personalísimo constituye un manifiesto colectivo. El valor agregado, más allá de la historia, radica en su técnica, en su estilo para domar el lenguaje: la destreza con la que narra cómo se gesta la reacción popular y, a contracorriente, nos deja el final como esa puerta que constituye la punta del icerberg, lo que se ve: Guerrero termina su texto sin escribir lo que sabemos, es reticente. Nos propina un knockout, una lección de clase con la que no podemos dejar de perturbarnos. Léala: “La palabra no existe en medio de la guerra”.