martes, 15 de diciembre de 2009

FIC: VIAJE HACIA EL ORIGEN

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Cuando Willy del Pozo me informó que estaba invitado a Piura y pregunta si podía viajar a presentar FIC Y LA REBELIÓN DE LOS NIÑOS, la última obra de Jorge Tume, PIURA: BIBLIOTECA INFANTIL y ALGARROBITOS DEL ARENAL, las antologías que juntos preparamos, mi respuesta inmediata fue . 1º porque sería mi primer viaje como editor de Altazor y de hecho significaba mi primera acción por la editorial fuera de Lima, 2º porque no olvidemos que yo nací en Piura (tierra de Manuel Vegas Castillo, fundador del INC; de Marco Martos, Presidente de la Academia Peruana de la Lengua, de Sánchez Cerro y de Velazco, ex presidentes de la República, de Luciano Castillo fundador del Partido Socialista Democrático, de Juan Luis Velázquez autor de El perfil de frente, de Miguel Grau Seminario, el heroico marinero y de Miguel Gutiérrez, el mejor narrador del país); 3º porque se trataba de un viaje no solo a Piura sino a algunos de sus distritos: Catacaos, Bernal, Sullana y 4º porque coincidía con la gira de Altazor por el norte del Perú; Willy saldría de Lima con Carlos Calderón Fajardo, Henry Quintanilla y Carlos Rengifo hacia la feria del libro de Nuevo Chimbote, yo iría a Piura y a mi regreso alcanzaría a los Altazor en Nuevo Chimbote, el 5 de noviembre.
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Partí hacia Piura el 29 de Octubre, después de la presentación de PURA SUERTE de César Klauer, haría escala en Trujillo y de Trujillo partiría al norte con Jorge Tume y César Olivares, el Pibe, ex RenaSer, con quien nos une una amistad de casi trece años, (yo era miembro de Triángulo 4 de la UPAO y él de RenaSer de la UNT). Cerca de la una de la madrugada Willy del Pozo y Walter Villaverde me embarcan hacia Trujillo, el bus salió a las 2 y 30 de la madrugada, llegué casi a las 11, me instalé en un hotel por Los Jardines, necesitaba descansar, la última vez que viajé fue en agosto hacia Ayacucho para presentar Burdel, mi novelita, la altura me afectó, a mis 31 como que ya estoy algo achacoso, debe ser mi peso, supongo; así que no quise arriesgar y preferí tomar la habitación de un hotelito y descansar para mi viaje. Por la tarde, Jorge Tume me llama para pedirme que aprovechando que estaba en Trujillo, presente el FIC en el colegio La Asunción, donde es docente, le pregunté con quienes lo presentaría, me contesta que con Bethoven Medina y Alberto Alarcón. Respuesta correcta. Alberto Alarcón es uno de mis primeros maestros, y Bethoven uno de mis mejores amigos, crecí leyéndolos; así que previo cebichito y previas aguas, calentamos motores para lo que sería mi primera actividad fuera de Lima. En la noche, el auditorio del colegio La Asunción estaba casi lleno; con César Olivares como maestro de ceremonia, quien se inauguró como el “Dr. No”, empezó la partida del zorrito FIC, personaje principal de la novela, Bethoven habló sobre lo importante de esta obra en el proceso de la literatura libertense y Alberto sobre el trabajo en el lenguaje de Tume; por mi parte felicité a Jorge quien además de ser un valioso narrador es un dinámico promotor cultural, nuestro representante editorial en el norte; recordé cuando Willy, en la Feria del Libro de Trujillo, en febrero de este año, lo invitó a la familia altazoriana, Tume que estuvo bebiendo con nosotros durante los días que duró la Feria, confesó esa noche que había escrito su novela en tiempo récord, lo que confirmó, otra vez, su fibra narrativa. A las 9 de la noche nos despedimos de nuestros amigos de Trujillo en un conocido establecimiento de comida oriental y a las 10 y 30 estábamos en el bus rumbo a Piura. El norte nos esperaba.

Llegamos a Piura a las 5 y algo de la mañana. Por un instante dudé si visitar a mi familia, un hermano de mi mamá vive en el Jr. Villar, del barrio Los Petroleros; en otro momento pensé en Sullana, en el otro hermano de mi madre y en mi tío Niles, el párroco de Bellavista. No visitaba Piura hace 16 años, quería saludar a toda la familia, pero yo había viajado con César y Jorge, ellos eran mi equipo, así que una vez más postergué las visitas familiares y tomé con ellos la cúster que nos llevó rumbo a Bernal, la tierra de Tume.

En Bernal, nos recibió don Juan Tume, el padre de Jorge, carismático patriarca con quien tuve la primera charla sobre mis impresiones de ese norte después de tantos años, charla que se vio interrumpida con una mesa de merluzas fritas, impostergable; nuestra primera actividad sería en Catacaos, en el colegio San Juan Bautista, así que debíamos alimentarnos para estar fuertes y responder a lo que el día prometía. Y vaya que prometía.
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En el colegio San Juan Bautista nos recibió el ex congresista del FIM (el único de ese frente a quien respeto): don Humberto “El Charro” Requena, propietario del colegio. Un tipo lleno de historias, nos confesó sobre el origen de su sobrenombre, delató algunas travesuras de Tume cuando era niño. Fue una presentación emotiva, el viaje a Piura fue una especie de travesía hacia el origen, hacia el origen de Jorge, hacia mi origen, “El Charro” le dio una medalla a Jorge, felicitándolo por lo que había logrado en otras tierras, por llevar siempre en alto el nombre no solo de su colegio, sino de su tierra, de ese Bernal caluroso que reposa como un gigante dormido en el desierto, Jorge, por su parte, se dirigió a su público con un discurso en el que puso énfasis a la importancia de enseñar, le agradeció a sus profesores por las lecturas, recordó a uno de ellos que les leía poesía en plena clase (su hija estaba lindísima), intercambiamos materiales con algunos profesores y finalmente, salimos rumbo a una de la cebicherías del famoso Catacaos, pero antes, en la presentación, habíamos recibido la llamada telefónica de Cosme Saavedra Apón, joven narrador de Sullana, quien fue a darnos el encuentro al San Juan Bautista, yo conocí a Cosme gracias a un libro que me prestó Ricardo Ayllón (¿te lo devolví?), después de leer el tercer cuento no dudé en recomendarlo a Willy para publicarle, y ese sábado allí estábamos, reunidos al fin con Cosme quien nos acompañó a la cebichería donde Jorge se portó con dos fuentes de seco de chavelo, dos de cebiche de caballa y como para no decepcionar al sol piurano unas cuantas jarritas de chicha de jora. En el colegio conocí a una joven pintora: Milagros Vega, prometí visitar la galería donde estaba exponiendo algunos de sus cuadros, pero estos señores me detuvieron, me excuso.

Cosme vive en Sullana, cuando se despidió le dije que yo también iba a Sullana, tenía que visitar a mi tío el Padre Niles Viale, y a Luis Enrique Robles, fundador de Triángulo 4, mi hermano, poeta, perdido por ahora en la Fiscalía de su tierra; no me perdonaría si se enteraba que estuve por allá y no lo visité, así que no quise someterme a una reprimenda emocional, me despedí de Jorge, de César y partí con Cosme hacia la perla del Chira. Hasta ahora recuerdo cuando salimos de la sacristía, mi tío se quedó hablando con nosotros casi media hora, su primera misa era a las 7 pm, eran las 7 y 15 y seguía conversando con nosotros, cuando salimos, los rostros de los feligreses estaban para filmarlos. Cosme me dijo: “ya tengo mi cuento”, yo tuve que detener la risa, todavía estábamos adentro. De la casa de Dios nos dirigimos, previa llamada a Kike Robles, donde Luz del Carmen Arrese, poeta a quien conocí en un lejano 1996 en Trujillo, en uno de los encuentros que organiza Juan Félix Cortés Espinosa, a quien incluimos en nuestras antologías de literatura infantil, debía llevarle sus derechos de autor, y cumplí; después salimos a esperar a Kike, Cosme me invita a la casa de su mamá a beber mientras tanto unas cervezas, “llego en 15 minutos hermano” contestó Kike en el teléfono, ni bien apuntó la dirección de la casa de la Sra. Apón, una hora, dos horas después, nada, mi viejo hermano no llegaba y los zancudos me estaban maltratando olímpicamente, Cosme había incluso cambiado de pregunta, en vez de sugerir ¿otra cerveza?, preguntaba: ¿aguantas una más?, y como se puede regar la sangre pero jamás una cerveza, seguimos bebiendo una más tras una más; hasta que llegó don Kike: ebrio. Fue la primera vez después de 15 años de conocernos que vi borracho a Kike. Después de leer algunos textos nos enrumbamos directo a su casa donde nos esperaba un vino. Pudimos amanecer libando, pero al día siguiente yo tenía la presentación de FIC en la Plaza de Armas de Bernal, así que solo nos quedamos hasta las 3 de la mañana. Al día siguiente Kike me despertó para ir por otras cervezas. Era el 1 de noviembre, día de los muertos. A las 11, estaba de nuevo en Bernal. El público de FIC nos esperaba.

En la mesa Jorge Tume estaba flanqueado por el Alcalde del distrito y por César Olivares, a quien comprometieron públicamente como mayordomo del próximo carnaval (somos en febrero, Pibe). “toda voz genial viene del pueblo y va hacia él” pronunció alguna vez César Vallejo, esa mañana Jorge Tume le daba vida a la frase, recapitulé mentalmente su trayectoria: de Bernal al colegio San Juan Bautista de Catacatos, de Catacaos a la Universidad Nacional de Trujillo, de Trujillo a La Asunción y al Max Planck, dos de los más importantes colegios privados de Trujillo, fundador además de INFOLECTURA, representante ahora de Altazor, la editorial limeña que acababa de publicarle su novela, y después de todo este camino recorrido, en ese momento de nuevo allí, en su natal Bernal, en su tierra, en el desierto de su origen llevándole a sus paisanos la sabiduría en una hermosa fábula, y pensé también en lo que se venía para él, desde el aplauso hasta las piedras, porque este es el único país donde se golpea a quien avanza, pero miraba a Tume y la seguridad de sus palabras en el micrófono me dejaba tranquilo, sabía que él resistiría, estaba seguro que él seguiría creando, y lo aplaudí, y lo felicité y me felicité por haberlo acompañado en esa primera travesía.

Era el 1º de noviembre. Día de los muertos. En Bernal como en Casitas o Papayal, o en otros distritos del norte, se trata de un día de celebraciones, de fiesta, de todos los rincones del país retornan a la “querencia” los familiares para velar a sus difuntos. Bernal era una fiesta, después de almorzar un delicioso cabrito en casa de la familia Tume, despedimos a César Olivares quien debía reportarse a su trabajo, el lunes, en Cajamarca, post partida del Pibe, salí con Jorge a conocer Bernal, sus cantinas y su cementerio. “Orejas” le gritaron de una esquina; “Yogui” en otra calle, “¡Tarzán!” desde una taberna, “¿hasta cuándo te quedas, Gordo?”, desde una banca hacia el cementerio, “¡Panzón! ¿Cuándo otro de la María Dominga?”; fue la segunda vez que vi a alguien tan conocido en su tierra (la primera fue con Willy, en Ayacucho), pero la primera vez que me enteraba en plena vía publica de tantos apodos a los que Jorge contestaba sin molestarse, incluso sonriendo. “Así me quieren, primo” y yo le creí a los 10 minutos cuando nos detuvo un grupo de bernalenses que se peleaban por contarle un sinúmero de historias para alguno de sus libros. Recuerdo a Juan, un pintor que cantaba rancheras al mejor estilo Pedro Infante, o al profesor Zapata que se jactaba haber trabajado con no sé cuántos ministros y en la noche, ya con nuestros maletines en el hombro, nos dirigimos rumbo al cementerio para ofrecerle nuestros respetos a quienes nos dejaron.
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“¿Es necesario que los niños trasnochen con ustedes frente a las tumbas?” le pregunté al patriarca Tume. “Sí, para que aprendan y cuando nosotros estemos muertos, ellos vengan con sus hijos a velarnos” Me respondió. Y una de sus sobrinas me sirvió una taza de café y me convidó un pan con pavo, riquísimo. A las 10 y 30 de la noche estábamos en La Unión, abordando un colectivo rumbo a Piura. A las 11 y 45 partía nuestro bus hacia Trujillo. .
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Cuando salimos de Piura, se me vino a la mente la imagen de unas cruces, pensé en Sarah Ellen, el vampiro de Carlos Calderón Fajardo. No me asusté, miré a Jorge, estaba dormido, el miércoles 5 me reuniría con el grupo, pensé en los dos días que permanecería en Trujillo, quise escribir: no pude. Abrí un libro, me dormí leyendo el curso de las estelas.
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Foto 1: Jorge Tume y Harold Alva, en Bernal.
Foto 2: Jorge Tume y "El Charro" Requena, con el reconocimiento que le hizo su colegio.
Foto 3: Cosme Saavedra, en Catacaos.
Foto 4: en la Plaza de Armas de Bernal con Jorge Tume, el Alcalde y César Olivares.