jueves, 21 de mayo de 2009

Un café para Platón: grande Ubiergo

Crecí, maduré (¿?) escuchando esta canción, es un temaza, me deprimo cuando la escucho, me gusta deprimirme escuchándola, supongo que todos tenemos algo de ese Platón, supongo que porque ya no tengo esa loca aventura de la fe por cambiar el mundo, supongo que porque ya nadie pide ese café para Platón, supongo que porque ese otro Harold se marchó a beber ya no solo un café con ese otro Platón es que me gusta escucharla, y sí, quizá hasta este momento esos "otros" siguen soñando con la paz, con la ilusión, con la esperanza (he aprendido a no promunciar estas palabritas). Deprímanse conmigo. Salud Fernando Ubiergo.
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