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Miércoles en la noche. Apenas El Chaska entreabre su portón irrumpe como una tromba el público ansioso de Poesía. Los poetas soberbios, metrosexuales, llevando de la mano a suculentas vedettes, llegan en sus autos último modelo y entran... ¡al Canana! ¡al pachanguero local de al lado! (Son los poetas, sí, pero ¡los futbolistas de la César César Vallejo! Disculpen la confusión). Bueno, igual llegan nuestros poetas con sus chullos, con sus ternos, con sus libros bajo el brazo y se sientan a esperar el inicio del recital. El Pibe Olivares y Jorge Tume -que fueron a pedir autógrafos a los jugadores-, regresan pateando una pelota imaginaria, se hacen huachitas, se meten gol, cabecita, palomita, beshito ¡ya, carajo! Al llegar advierten que Harold Alva, el aeda piurano mil veces invitado, mil veces esperado y mil veces ausente llegó primerito esta vez. Sin más dilación entonces, al ataque: Empezó Moisés Castillo, poeta cajamarquino editado en España y en Inglaterra quien mora actualmente en nuestra apacible aldehuela. Aunque demasiado extenso –NUNCA SE DEBE SER EXTENSO EN UN RECITAL- Moisés dejó sentir sus anhelos líricos y fue degustado por el respetable. Le continuó Harold Alva, poeta, novelista, editor, director de la revista Contrapoder, antologista consumado y bebedor –pasada la medianoche- hasta de agua de acequia. Sus dolientes versos retumbaron en la eternidad: Qué pretendes ahora/ cuando he sido declarado un hombre muerto// Disfrutaba con el sudor/ que caía sobre mi frente/ y lo bebía como un animal ansioso/ lo bebía como una horda de coyotes/ que se tragaba la baba del hocico. Y remató el occiso: Y me apreté la mano con la otra mano/ para no sentirme solo/ para morir/ por lo menos conmigo. Su lectura fue concentrada y con buena dicción, y no sólo se le entendió claramente, sino se le sintió el feeling. Aplausos, palmas apristas, silbatina para ovacionarlo. Le continuó el laureado Kike Robles también del rico Piura, quien trajo buena vibra y buena poesía: Llueve y en el misticismo de hurgar el silencio/ hay unas ganas locas de buscar nuevas mentiras/ naves de papel que nos marquen otros cielos/ guirnaldas frescas de la dehesa/ alguno que otro planeta/ o atardeceres compuestos como crucigramas/ para acabar a palos esta imbécil tristeza. Menos contundente en su lectura, Kike se sostuvo con viviente emoción y fue saboreado por el dilecto público mientras una niñita paseaba por el escenario como si para ella nada pasara: ¿Poetas? ¿Poesía? ¡Nahhh! ¡Mira una araña!!! Y para cerrar con broche de diamante: El querido escriba sullanero Juan Félix Cortés, acogido por Trujillo hace ya varios decenios, indesmayable portador de una poética vigente hasta la actualidad: CINCO RAZONES PARA COMPRAR UN TELEVISOR: 1ero Comprarlo hoy día/ porque mañana costará tres veces más/ 2do Para que los vecinos digan/ por fin compraron/ televisor/ 3ero Para que mi mujer use/ desodorante Rexona/ y no digan que la abandoné/ 4to Para que aumente el capital/ 5to Para que los niños del/ Perú/ cuando crezcan/ se eduquen estúpidos/ no ladren a los que quitan/ el pan/ ni digan miau miau/ a los que violan la noche. Risas y aplausos. Juan Félix ha realizado una vasta obra dispersa aún en diarios, plaquetas, libros, revistas que habrá de ver la luz en su conjunto cuando caiga el sistema capitalista y se liberen las cárceles del grandioso sentir humano. Pero hasta que esto ocurra –dentro de 400 o 500 años- todavía lo leeremos en su pundonorosa revista: Lo que importa es el Hombre. Concluida la primera parte se lanzaron los espontáneos: Alfredo Ruiz Chinchay nos trajo los saludos de los aedas de otras ciudades y ofrendó su idealista e internacional Pohemia Lux, Moisés Castillo reavivó el fuego poético con un contundente manifiesto: 1. La poesía es lo cierto-incierto de la vida: La certidumbre de ser todo y nada al mismo tiempo/2 Es la gran Unción de la Comedia: La gran noción de no saber nada de la existencia/ 3-Amor, tú eres poesía, yo soy poesía. ¿Nos desnudamos y nos amamos hasta hacernos un suave daño?/4-No hay poesía sin la musa Humanidad que sufre y goza. Sin el poeta que descienda de su Olimpo al fresco amor de la madre Tierra/ 5-La poesía es la gran Preñada y la gran Partera, la Bella Luz que se esconde en nuestras sombras/ 6-Es maestría y es epifanía/ 7-¡Oh maestros, obreros y amantes de la poesía! ¡Oh poesía y anti-poesía uníos y amaos de una santa vez! Con estas palabras la unción descendió sobre Poesía de Miércoles. Entonces Beto Barriga, a punta de alados bastonazos, verbalizó los últimos versos: Recibí la carta de un muerto/ en un sobre hecho de carne y hueso/ Escrita con sangre, tildada con lágrimas/ relata con pesar una historia de asuntos inconclusos/ interrumpida prematuramente/ con la llegada de la Muerte. Entró en trance Beto: Nadie vive de verdad/ Todo es un espejismo más creíble que la realidad/ un mundo ficticio/ donde nadie abre la boca cuando todos desean hablar. Luego de la velada, Diosito, Nuestro Amito Dios, viendo tan ingenuos y tan felices a los poetitas en sus locuras les mandó un meteoro tamaño de la luna que entró incadescente en la atmósfera terrestre y precisamente cuando los aedas veían como si estallasen mil soles juntos en la noche y justo cuando los mares se elevaban majestuosamente hasta los cielos y precisamente cuando ellos exclamaban: Miraaa... qué poeticazazaaazooo!!!... sucedió el Fin.
Fin de la crónica
y
Fin del Mundo.
Chau.
Fin de la crónica
y
Fin del Mundo.
Chau.