domingo, 4 de octubre de 2015

ESCRIBIR SOBRE EL PADRE


El hijo retorna a la casa del padre a recoger sus pasos. Observa el Volkswagen, regresa a las paredes, a los cuadros desde donde vuelve a sentir la voz del viejo, sus palabras, repasa las fotos como quien pretende simultáneas regresiones para evitar el dolor de la ausencia, la angustia que cae con todo su peso sobre su corazón, sobre sus manos que saben que nunca más volverán a apretar sus manos. Piensa en la Monark que yace oxidada y estática sobre la que alguna vez despidió su infancia. Se detiene en la foto al fondo del salón, en la camisa, mira el retrato del pasadizo, y de nuevo la nostalgia, la certeza de la pérdida, el vacío que se agiganta. Raúl Mendoza Cánepa ha perdido a su padre, pero no es a través de una novela o de un relato, la estructura que utiliza para protegerlo del olvido, sino un poema con el que ha logrado rescatarlo para entregarlo a sus lectores. “Retratos de mi padre” es el libro de poemas con el que Raúl Mendoza Cánepa fortalece una tradición que empieza con Manrique y continúa con Justo Jorge Padrón que tiene en la figura del padre un motivo para reinterpretar la historia. RDMP es una obra que sorprende por el manejo de los tiempos y la precisión de sus encabalgamientos, un libro que pese al dolor, a la emoción fresca, no cae en el sensibilismo. Virtud que sólo un verdadero escritor puede asumir para lograr la trascendencia. El autor de “La invención del reino” y “La tentación infinita” vuelve a dejar de lado al abogado y ensayista para demostrarnos que su talento se impone cuando regresa a la lírica. Encomiable en alguien cuya tradición judeocristiana no opaca el estremecimiento propio de quien redacta desde la orfandad o la tristeza.   
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(Publicado en Diario Expreso)