domingo, 5 de julio de 2015

LA ILUSIÓN DE SOÑAR


Hace quince años prometí dedicarme a la promoción cultural y desde allí intervenir con otra forma de hacer política: me dediqué a escribir y editar libros. Publiqué una colección de literatura peruana en la que cada uno de los títulos se vendía a un nuevo sol. Ése fue mi modo de hacer política. Yo no creo en los anarquismos, no creo en el comunismo. El anarquismo es una utopía y los comunistas del siglo XX han leído pésimamente a Marx. Creo como Hayek que la civilización es fruto de inesperados y graduales cambios en los esquemas morales, y que por mucho que nos desagrade nos vemos obligados a concluir que el hombre no está al alcance de establecer ningún sistema ético que pueda gozar de validez universal, pero creo en las instituciones y en las leyes que pueden detener a sus instintos de animal y liberar al ser racional que aspira vivir en armonía en una sociedad segura sin la sombra de tiranías y dictaduras.  Por eso pretendo hacer de esta columna una trinchera para fortalecer el quehacer cultural porque el arte, en todas sus manifestaciones, constituye esa columna que nos vincula desde la pluralidad, desde la emoción, desde la búsqueda. Pienso que el Perú goza de un momento de crisis que le ha servido a los actores culturales para encontrar respuestas y ejecutar acciones que nos han permitido ser partícipes de la existencia de un sinnúmero de sellos editoriales, de una FIL que con sus defectos y virtudes coloca al Perú en altas expectativas, de la apertura de galerías, de ferias gastronómicas y de un equipo de fútbol que nos está devolviendo la ilusión de soñar. Apuntes de occidente es una ventana, un espacio para comentar con libertad sobre personajes, libros, música, teatro y exposiciones. Aquí hay un lugar independiente.
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(Artículo publicado en Expreso el 5 de julio de 2015)