domingo, 5 de julio de 2015

NOÉ DELIRANTE


Noé Delirante llegó a la edición número catorce. ¿Qué ha hecho de este libro una leyenda? Se publicó por primera vez en 1963 por ediciones de La Rama Florida (Javier Sologuren) Tenía apenas cuarenta y cuatro páginas, posteriormente con el paso de los años se convirtió en un documento donde Arturo -como el personaje bíblico- reunió en cuatro cuadernas su flora y su fauna, su cartografía interna y externa. Noé Delirante es un libro que marca un hito en el proceso de nuestra literatura porque apareció en un momento cuando el modo coloquial se caló casi como un esquema en la obra de la mayoría de los poetas de su generación y se instaló como totalidad en casi todos los registros poéticos posteriores. Arturo fue a contracorriente: eligió el poema breve. Corcuera escogió otro tipo de oscuridad para alcanzar el resplandor. A lo largo de los años el poeta fue incorporando otros elementos, otras formas, nuevos pasajeros: así llegó a Hollywood donde abordaron nuevos tripulantes: Mickey, el Pato Donald, Bugs Bunny, Ciro Peraleca; y siguió su curso hasta anclar en Santa Inés, Chaclacayo, desde donde capturó a los fantasmas de sus compañeros de ruta. El último capítulo: A bordo del Arca es un apartado testimonial en el que su registro se transforma, deja la fábula y le da lugar a la memoria, suelta sus manos y nos entrega poemas como canciones de una época que -tengo esa impresión- lo esperó a él para que la entregue a la posteridad. Noé Delirante es un libro al que nos acercamos por primera vez gracias a las fábulas que aprendimos en la edad escolar, un documento que nos ha marcado porque leyéndolo podemos interpretar a un hombre que no se cansa de asombrarnos con su imaginación, con esa destreza que lo convirtió en “el mago las palabras”. 
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(Publicado en Expreso el 3 de julio de 2015)